ME CAIGO Y ME LEVANTO (PRIMERA PARTE)

Nadie puede dudar de que las cosas recaen, un señor se enferma y de golpe un miércoles recae un lápiz en la mesa recae seguido las mujeres, cómo recaen teóricamente a nada o a nadie se le ocurriría recaer pero lo mismo está sujeto sobre todo porque recae sin conciencia recae como si nunca antes un jazmín para dar un ejemplo perfumado a esa blancura ¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo? el mero permanecer ya es recaída es jazmín entonces y no hablemos de las palabras esas recayentes deplorables y de los buñuelos fríos que son la recaída clavada contra lo que pasa, se impone pacientemente la rehabilitación en lo más recaído hay algo que siempre pugna por rehabilitarse en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda en los poemas de Pérez, en Pérez todo recayente tiene ya en sí un rehabilitante pero el problema, para nosotros lo que pensamos nuestra vida es confuso y casi infinito un caracol segrega y una nube aspira seguramente recaerán pero una compensación ajena a ellos los rehabilita los hace treparse poco a poco a lo mejor de si mismos antes de la recaída inevitable pero nosotros tía ¿cómo haremos? ¿cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído si por la mañana estamos tan bien tan café con leche y no podemos medir hasta donde hemos recaído en el sueño o en la ducha y si sospechamos lo recadente de nuestro estado ¿cómo nos rehabilitaremos? hay quienes recaen al llegar a la cima de una montaña al terminar su obra maestra al afeitarse sin un solo tajito no toda recaída va de arriba abajo porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa cuando ya no se sabe donde se está probablemente Icaro creía tocar el cielo cuando se hundió en el mar …. y dios te libre de una zambullida tan mal preparada tía ¿cómo nos rehabilitaremos?