Testimonios de la felicidad I (reflexión)

Por momentos la vida se enreda demasiado, en lo personal prefiero vivir sin grandes complicaciones y en una zona de confort que he ido construyendo. Me he acostumbrado a la rutina simple; en la mañana ir a trabajar y por la tarde llegar a casa, comer, dormir una ligera siesta, levantarme y entrar a la computadora para trabajar en mis diseños, páginas, blogs, o cualquier otra actividad que tenga como proyecto, no aspiro a ser reconocida como una experta en ningún campo, ni en la oficina ni en la casa y mucho menos en el internet, no compito con nadie, no tengo necesidad del reconocimiento de mi trabajo, éste lo hago yo para mí y para mi satisfacción personal, por supuesto si alguien aprecia lo que hago me satisface sobremanera, pero si pasa desapercibido, no me angustia, en verdad así he edificado mi felicidad día tras día, tal vez el lector de este escrito piense que llevo una vida de aburrición, sin embargo soy dichosa, me considero una 'adulta experimentada' y no una vieja o anciana como denominan los jóvenes a quienes pasamos de los cincuenta años, he terminado algunas etapas de mi vida como son las imprescindibles fiestas de fin de semana, bailes, salidas nocturnas, amigos, novios, compromisos sociales, matrimonio, etc., y abrí muchas otras para mi, sin embargo tampoco estoy exenta del dolor y la tristeza.