Se necesitan dos personas para estar enamorados, se necesitan a un amante y a un ser amado. Pero estos dos seres provienen de universos diferentes, y algunas veces el ser amado es la causa de todo ese amor almacenado que yace en el corazón del amante por tanto tiempo; y cada amante sabe muy dentro, muy dentro de su alma, él sabe que su amor es una cosa sola y solitaria; y lo curioso es que el objeto de ese amor puede ser cualquiera y no importa quien sea! Es por eso que la mayoría de nosotros preferimos siempre ser el amante y no el ser amado, porque ser el ser amado puede llegar a ser insoportable, y es después de un tiempo que el ser amado comienza así a odiar al amante porque el amante siempre está tratando de desnudar, de desnudar al ser amado.
El amante toma interés en el ser amado solo para concederle importancia a sus propias necesidades y a sus propios deseos, aún cuando estos no le lleguen a dar la satisfacción que busca en el ser amado.
Y eso es porque el amante, tiene ansias de ese amor, aún sabiendo que ese amor solo puede causarle dolor. Así, el ser amado se convierte en el objeto de la pasión fatal del amante. Los crímenes de amor, aún involuntarios, son el sacrificio de esa pasión, donde el amante y el ser amado acaban convirtiéndose en enemigos.